xoves, 7 de marzo de 2019

REDEREFUXIADAS CO 8M


As mulleres e nenas refuxiadas sufren permanentemente abusos sexuais e explotación.
o 27 de Febreiro a BBC confirmou que  en Siria hai mulleres que están a ser explotadas sexualmente por homes encargados de entregar a asistencia humanitaria da ONU e de outras organizacions internacionais de axuda acceso ao artículo completo aquí

Aquí temos testimonios recollidos por Amnistía Internacional do artículo de Patricia Manrique publicado en Diagonal:
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"Nunca quise dormir en las instalaciones. Tenía demasiado miedo de que alguien me tocara. Las tiendas eran mixtas y fui testigo de escenas de violencia. Me sentía más segura mientras nos desplazábamos, especialmente en autobús, el único lugar donde podía cerrar los ojos y dormir", explica Reem, una joven Siria, a Amnistía Internacional. Violencia de género en origen, tocamientos, asaltos, acoso, violaciones, matrimonio precoz y forzado, peticiones de sexo transaccional para abaratar el coste del viaje o conseguir comida y ropa en los centros de recepción...
Se trata del cuadro completo de la violencia sexual contra las mujeres, habitual en conflictos y desplazamientos, se suma al drama migratorio, en especial de quienes viajan solas o con menores. Sirias, Iraquíes, afganas... pero también eritreas, yemeníes, palestinas, nigerianas, pakistaníes, somalíes, sudanesas, gambianas, malíes etc.-estas últimas convertidas en migrantes 'de segunda'- constituyen, junto con los menores, en torno al 43% de los flujos migratorios mixtos que llegan a Europa. Sufren una violencia sexual que raramente denuncian, sin que la comunidad internacional tome medida alguna al respecto.

Un periplo terrorífico

"Una amiga que vino conmigo desde Siria se quedó sin dinero en Turquía y el ayudante del traficante le ofreció que se acostara con él. Ella se negó, claro, y no pudo salir de Turquía, en donde sigue", relata Hala, siria de 23 años.Los traficantes de personas eligen a las mujeres que viajan solas sabiendo que son más vulnerables e intentan coaccionarlas para que tengan relaciones sexuales con ellos. Otras -y, a falta de datos, se estima que muchas- corren el riesgo de caer en las redes de la trata.
Pero la violencia no se reduce, ni mucho menos, a los indeseables que están haciendo negocio del dolor dentro y fuera de Europa. Las mujeres han explicado que se sienten especialmente amenazadas en las zonas de tránsito.
En campamentos de Hungría, Croacia y Grecia duermen junto a los hombres refugiados por lo que algunas prefieren dormir en la playa, donde se sienten más seguras. Se quejan también de compartir aseos y duchas con los hombres, y algunas de haber sido espiadas por ellos, en este caso en Alemania. Llegan a adoptar medidas extremas, como no comer ni beber para evitar ir al baño.
Los tocamientos, las miradas lascivas y los requerimientos sexuales a cambio de ropa o comida, incluso por guardias de seguridad de los campos, son habituales. En general, explica Verónica Barroso, responsable de refugio y migraciones en AI, lasinvestigaciones en toda la ruta de Grecia, Macedonia y los Balcanes muestran la falta de atención a las necesidades específicas de género, incluidas las medidas destinadas a embarazadas o de mujeres con lactantes.
máis información:
AI informe aquí
abusos sexuales a las refgiadas en el camino a Europa aquí